domingo, 4 de marzo de 2012

Retorno al pasado (1947) - Jacques Tourneur

Jacques Tourneur, notable director francés, especializado en filmes oscuros, de atmósfera tenebrosa y personajes igualmente lúgubres, se hizo reconocido internacionalmente por La mujer pantera (1942) y Yo caminé con un zombie (1943), dos de sus obras más logradas, y supo incluir en su filmografía diversidad de filmes, pero siempre manteniendo esa tendencia oscura. En esta oportunidad dirige este ejercicio de film noir, siempre acorde a sus directrices, en la que nos presenta la historia de un sujeto del hampa, que tiene un pasado en actividades clandestinas y peligrosas, ahora desea dejar atrás todo eso, sin embargo las figuras más representativas de ese pasado volverán, no lo dejarán avanzar, en la forma de un antiguo asociado suyo en las actividades delictivas, y una mujer, fatal fémina a la que amó, y que también volverá repetidamente, complicando el panorama de un sujeto que desea avanzar. La cinta tiene un tratamiento visual muy característico del director, que además reclutó a un por entonces joven Robert Mitchum, pero que ya poseía esa habitual dureza suya, Jane Greer como la mujer siempre metida en situaciones de muerte, y al gran Kirk Douglas como el personaje que está detrás de todas las peripecias que le suceden a Mitchum. Correcto ejercicio de cine negro, una cinta que se ajusta a los estándares yanquis, en la que Tourneur no deja de imprimirle a una cinta característica de esas tierras, su distintivo sello.

         



En un tranquilo pueblo, un sujeto, Jeff (Mitchum), pasea por una playa con Ann (Virginia Huston), una mujer con la que no se conoce mucho, pero ella está enamorada de él. Poco después Jeff es abordado por un personaje, con el que trabajó antes, le dice que en el negocio se extraña a un sujeto que trabaje como él, y Jeff termina accediendo a una reunión. Jeff narra entonces a Ann lo sucedido en dicha reunión, el jefe, Whit (Kirk Douglas), cuenta que una mujer ha atacado a un hombre llamado Jack Fisher, lo hirió y se llevó una gran cantidad de dinero, y a Jeff se le pide que la traiga, y aceptó el trabajo, pues se le pagaría bien. Comenzó a investigar, ubicó a la chica, llamada Kathie (Greer), la encuentra en ciudad de México, después se moviliza hasta Acapulco, se le acerca y le habla, van a jugar póquer, a caminar y terminan besándose, Jeff le habla de lo sucedido, pero ella niega que haya robado el dinero. Jeff vuelve a reunirse con Whit, pero no le informa de todo lo que ha pasado, afirma no haberla encontrado, y sigue viéndose con Kathie secretamente, de noche. Sin embargo después el propio Whit va hasta donde está Jeff, en el hotel donde se hospeda se ven, un nervioso Jeff teme que aparezca Kathie en cualquier momento, lo evitan, pero finalmente, Kathie es seguida por un secuaz de Whit, los clandestinos amantes son encontrados.





Discuten los tres, el secuaz de Whit pretende sobornarlos para no informar a su jefe, pelea con Jeff, pero termina siendo eliminado por Kathie, ellos se separan. Es el fin de los recuerdos de Jeff, ahora Kathie ha vuelto, está trabajando de nuevo para Whit, y él deberá ir a San Francisco. Ya allí, encuentra a Kathie, y rechaza su actitud de arrepentimiento. Allá conoce a otra mujer, Meta Carson (Rhonda Fleming), una mujer que no le termina de dar confianza, presiente que está metida en algo oculto, y así es, pues hay un cadáver en su departamento. Nuevamente está involucrada en todo Kathie, que, como siempre afirma que se involucró pues no tuvo otra opción, convence a Jeff de que todavía lo ama, le dice que lo intenten de nuevo, y lo persuade, se mueven engañando a la gente de Whit. Continúan huyendo, mientras Ann comienza a ser cortejada por otro individuo, ella está preocupada, pues los medios de comunicación han publicado los hechos, y Jeff es sindicado como autor de los asesinatos. Whit encuentra a Kathie, está harto de ella, y ésta, repentinamente, mata al temible jefe de los delincuentes. Sigue empecinada en huir, con Jeff, pero ante la negativa de éste, que quiere recuperar a Ann, también lo asesina, y finalmente ella es eliminada a su vez por hombres de Whit.




Interesante cinta de cine negro la que presenta Tourneur, es una corriente cinematográfica que se siente idónea, lógica, coherente con el estilo del francés, siempre oscuro, siempre entre sombras, siempre involucrando sórdidos personajes, situaciones bizarras, es como si el cine negro y el realizador francés hubiesen estado destinados a confluir. De esta forma presenta la historia, en la que un personaje ligado al hampa intenta dejar todo eso atrás e iniciar una nueva vida, pero esto le será imposible, pues su pasado lo persigue, y forma una bizarra pareja con una mujer fatal, donde no faltarán asesinatos, mentiras, manipulaciones. Es un impredecible y peligroso mundo en el que ella finalmente termina poniendo fin a la existencia del que completa la singular pareja, una pareja sórdida que se mueve entre escoria, entre asesinos, mentiras, implacables persecuciones, y en medio de todo, desarrollaron mutuo querer, sin embargo, ellos no podían terminar juntos, no con todo lo que sucedía a su alrededor. Ella es fatal fémina que está metida en todo, mujer que no duda en asesinar, de armas tomar, literalmente, para después simplemente afirmar que no tenía otra opción, es intrigante, siempre contando la verdad a medias, está en el medio de todo. Imposible dejar de mencionar, la expresión visual del filme, que es uno de los puntos en los que más se siente el sello de Tourneur, lo identifica, lo distingue y estiliza, pues, aunque se trata de film noir, y la atmósfera oscura es una característica vital de esta corriente, el francés dota a su filme de una especialidad suya, su gran dominio de luces y sombras, contrastes poderosos, figuras formadas por sombras, acciones que son realizadas por esas sombras, son elementos que llegan a cobrar vida, a ser independientes en el cine de Tourneur, sello patente en toda su obra, parte de su arte, y los protagonistas se mueven entre eso contrastes, entre ese entramado y sombrío tejido, una apariencia que incrementa ese ambiente lóbrego, tenebroso, donde ocurren a menudo asesinatos, donde la muerte siempre acecha. Tourneur recluta con acierto al siempre duro Robert Mitchum como protagonista, joven, imponente, recio, aprovecha el director su fuerte presencia, es el encargado de hacer el trabajo sucio de su jefe, el desgraciado que en vano intenta dejar atrás su destino, pues termina finalmente sumergiéndose completamente en él, siendo abrumado y asfixiado. Un perfil de personaje que Mitchum repetiría muchas veces en posteriores trabajos, siempre con éxito, y consolidando esa imagen suya característica de hombre duro, muchas veces relacionado al hampa, a la clandestinidad y al underground. Tourneur configura una película interesante, acorde siempre a su estilo, a sus directrices, cine norteamericano al que imprime su sello, personajes sórdidos, una búsqueda de dejar atrás un pasado, imposible misión, y una pareja de la misma calaña, que no tiene el mejor final. Buen cine negro el que realiza Tourneur.






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