lunes, 24 de octubre de 2011

Kukuli (1961) - Luis Figueroa, Eulogio Nishiyama, César Villanueva

Cine peruano, cine nacional, cine hecho en la casa. Excelente pieza de cine realizada hace exactamente 50 años, qué fácil se dice. Esta joya peruana fue materializada por los cineastas cuzqueños Luis Figueroa y Eulogio Nishiyama y el huancaíno César Villanueva, con guión y textos del antropólogo y folclorista ayacuchano Efraín Morote, en aquellos días en que se formaba el mítico Cine Club Cuzco, donde se conoció este célebre grupo de cineastas nacionales. La película nos narra en hermosa clave poética la leyenda de una pastora de las punas que es secuestrada por un oso de los cerros de Paucartambo, durante una festividad local. Los diálogos de esta cinta de ficción, que tiene mucho de documental, están en quechua, y cuenta con la solemne narración en off de Sebastián Salazar Bondy, lo que potencia la narrativa y la expresividad de la misma. El bagaje que rodea al filme, excluyendo por ahora el contenido propiamente, es riquísimo, por lo que significó su rodaje y producción, pues las facilidades de rodar en territorio peruano, en los 60, eran ciertamente precarias. Con todo, Kukuli se rodó, y una de las piedras angulares del filme es la reivindicación que hace del pueblo andino al utilizar el lenguaje indígena: el quechua, un idioma estigmatizado y defenestrado en la época, y tristemente aún ahora por muchos. El lenguaje audiovisual del filme es hermoso, nos adentra en el Ande, elemento central de esta bella película, la madurez en el tratamiento estético de los realizadores se hace patente.






Abordando ya la historia, vemos a Kukuli, pastora en las cercanías de la ciudad de Paucartambo, desenvolviéndose en su entorno. Kukuli se prepara para ir a las festividades de la Virgen del Carmen, la fiesta de la Mamacha Carmen, una alegre pero solemne ocasión para la que ella se prepara cuidadosamente, esmeradamente, es despedida por todo su pueblo. En el camino hacia Paucartambo, Kukuli recibe la hospitalidad de todos los lugareños con quienes se encuentra, y conforme avanza, se manifiesta el imponente y hermoso lenguaje visual con que los realizadores plasman el bello escenario andino. En determinado momento, Kukuli se detiene en un riachuelo para asearse, y es entonces que conoce a Alaku, un joven indio con quien tiene un episodio sexual un tanto brutal, violento, para después entablar una dulce relación amorosa, en una escena que suscita uno de los mayores debates sobre el filme, pero que será abordada en posteriores líneas. Cuando la pareja llega donde una suerte de pitoniso, éste les predice un terrible destino, impregnado completamente por la muerte, con lo que quedan desconcertados.



Llegan a Paucartambo, donde disfrutan del baile, la música, celebración y festejo, pasacalles, un gran ambiente de festival donde está una lideresa, una diablesa, que es más temible y terrible por mujer que por satánica. Es durante las festividades que el fatal oso se fija en Kukuli, la desea, se acerca a ella, pero es defendida por Alaku, que después tiene que dejarla para cumplir su labor de campañero en la iglesia durante la procesión de la Virgen. El oso entonces persigue a Kukuli, quien sube hasta el campanario con Alaku, que es sorprendido por el oso, y empujado hacia el precipicio. La horrorizada joven ve el cuerpo inanimado de Alaku, y es raptada. El pueblo, indignado, se unifica y persigue al fugitivo raptor, en una casi ritualista persecución armados de piedras y palos. Finalmente alcanzan y eliminan al oso, pero no pueden evitar la muerte de la joven, que es arrojada a un lado por el agonizante mamífero. En la escena final, vemos a dos hermosas llamas, una blanca que aparece primero por Paucartambo, la zona de donde era Kukuli, donde inició la película, y una llama negra; ambas se buscan, se llaman, y terminan caminando simbólicamente juntas, simbólicamente reencarnados, día y noche juntos, sol y luna juntos.




Monumental en ciertos aspectos, discutible y algo polémica en otros. Interesantes algunos pasos de secuencia a secuencia, donde utilizan unos dinámicos cortes de plano. Estéticamente hablando, es un enorme acierto y mérito de los realizadores: la hermosa composición musical cuzqueña de Armando Guevara Ochoa, permanente acompañamiento que la da un toque épico a la historia, eleva y potencia el imponente trabajo visual, el superior Inti, el hermoso cielo azul, la poderosa montaña, la majestuosa cordillera, las cristalinas aguas corriendo, la flora y fauna, utilizan todos los recursos escenográficos, el paisaje entero habla, es un personaje más. Con este hermoso escenario, se ilustran las costumbres indígenas, ilustran un punto clave del filme: la mezcla racial, la mezcla de costumbres, al ver a los indios rindiendo culto a Jesucristo, participando en una procesión de la Virgen, utilizando en su música instrumentos occidentales. El filme muestra claramente la ambivalente situación de los indios, invadidos por las costumbres foráneas, atizados y acusados por autoridades invasoras, como el poder de la iglesia juzgando y condenando el sirvinacuy, convivencia sin matrimonio.



Sin duda una de las escenas que mayor polémica suscitó es donde se conocen Kukuli y Alaku, la secuencia casi de violación en la que Alaku posee y desvirga a Kukuli, hay brutalidad reforzada por los momentos de mayor expresividad del escenario andino realizados por los directores. Una voz autorizada, nuestro querido José María Arguedas, opina que no es humano que primero se muestre una situación tan violenta y turbia, para después pasar a una relación cargada de ternura y cariño, afirma que es una deformada visión de la forma de quererse de los indígenas. Se acusa pues de aflorar ya ahí algún prejuicio inconsciente de los cineastas, y la escena, por lo precario de su rodaje, no pudo ser filmada otra vez, quedando representada así; queda de esa manera abierto el debate en ese aspecto. Continuando, es agradable el final, donde vemos a las llamas caminando juntas, simbolismo de la reencarnación de los amantes trágicamente muertos. La interpretación del mito también ha sido discutida, pues algunos aseveran que el oso sería una alegoría al invasor español, y la película es un simbolismo de la hibridación racial, del nacimiento de los mestizos, fruto de los ultrajes del oso, del invasor hispano, a la indígena; en todo caso el filme es una adaptación relativamente libre de los cineastas de ese mito. Repleta de anécdotas, de algunas discutibles o no polémicas, lo único indudable es que es una película muy importante en nuestro país, obtuvo muy positivas criticas de respetables críticos e historiadores de cine, que incluso la catalogaron dentro de la denominada Escuela del Cuzco por las reconocibles temáticas y estilos comunes con otras películas a ella contemporáneas. Muy recomendable, muy disfrutable esta muestra de cine peruano.




2 comentarios:

  1. Casi todo el trabajo de la pelicula kukuli fue realizado mas por Eulogio Nishiyama y el Huanca Villanueva .

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    1. Gracias por tu aporte!. A seguir disfrutando el mejor cine peruano.

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