domingo, 18 de septiembre de 2011

El Padrino II (1974) – Francis Ford Coppola

Es El Padrino II sin duda una película que entra en esa breve lista de películas secuelas de una gran obra maestra, y que logra estar a la altura de su predecesora, es decir también logra la categoría de obra maestra, y a juicio de ciertos críticos, incluso supera a la original, un juicio, naturalmente subjetivo, pero válido y respetable. Para empezar, el libro de Puzo, inspirador de esta genial obra, tiene multitud de detalles, algunos, como ya abordé en la reseña anterior de la primera parte de esta saga, son cambiados, adaptados, matizados con diferentes resultados y en base a los diferentes juicios de Coppola. Muchos de esos detalles no llegaron a ser abarcados ni narrados en la primera película, por lo que era necesaria una secuela donde se prosiga con las actividades del consolidado Michael, agregando en esta oportunidad nuevos sucesos, acontecimientos que no figuran en el texto de Puzo, lo cual brinda ya una nueva dimensión a esta sobresaliente secuela. El reparto original ha sido respetado, y volveremos a ver a Robert Duvall como el eficiente consiglieri Tom Hagen, a John Cazale interpretando al torpe hermano Fredo Corleone, a Talia Shire encarnando a Connie, y a Diane Keaton como Kay Corleone, la esposa del Don, del único Al Pacino, quién más, si no. A este estelar conglomerado de estrellas se unen otros dos titanes: Robert De Niro, y el maestro del cine Lee Strasberg; la saga, pues, no hace más que agigantarse..

     



Desde antes de empezar, el filme tiene un punto ya ganado, y este es el hecho de esa excelente elección de Robert De Niro para interpretar al joven Vito Andolini, después Vito Corleone, su actuación completamente en italiano le valió su segundo Oscar, una verdadera leyenda, que desde joven ya podía presumir lo que muchos no logran en toda su carrera. A la vez logra el personaje de Vito Corleone ser aún más mítico, pues de joven es De Niro, de adulto maduro es Brando, nada mal, ¿verdad? El punto de partida del filme es la base de la grandeza del mismo: la sola idea de presentarnos dos historias paralelamente: ambos Corleone, Vito y Michael, es genial, es soberbia, es atrapante, gracias a esto podemos disfrutar de ver a unos jóvenes Al Pacino y Robert De Niro juntos, un auténtico privilegio ver a los por entonces imberbes y futuros titanes en la misma película. Si bien no comparten escena, por la obvia imposibilidad, este atributo realza los bonos de esta monumental obra. Es muy adecuado el paralelo de ambos, creciendo, uno cimentando, otro consolidando el poderoso imperio. A través de este paralelismo podemos conocer íntimamente la historia de los Corleone, nos permite hacer comparaciones entre ambos capos, nos desafía a encontrar nuevos enfoques y nuevas maneras de apreciar el filme, de apreciar los matices personales de ambos. Estas razones y más convierten a El Padrino II en una joya que cumple bien la labor de prolongar y enriquecer el primer filme, ese otro monumento.

     




Entremos ya en la película, la cual comienza con Vito Andolini en sus años infantiles, en Sicilia, en el pueblo de Corleone, lugar del que luego adoptará el apellido. Su padre, Antonio Andolini ha afrentado al más poderoso capo mafioso de la zona, Don Ciccio (Giuseppe Sillato), y esta afrenta termina en su muerte. Al ser asesinado su padre por el mafioso, el hijo mayor, Paolo, jura vengarse de Don Ciccio. Todo esto nos lo narra un texto inicial, tras lo cual comienza la acción. Es la marcha fúnebre por el padre muerto, y durante la marcha, se oye un disparo, el primogénito de Antonio Andolini y hermano mayor de Vito ha sido asesinado. Ante la desesperada situación, la pobre viuda va a visitar a Don Ciccio acompañada por Vito. Va a suplicarle absolución, solo queda vivo Vito, ella le ruega le perdone la vida, es lo único que ella tiene ahora. Pero Don Ciccio se niega, teme que crezca, se haga poderoso y busque venganza, ante lo cual la madre amenaza con matar al capo mientras su hijo escapa, siendo eliminada, se sacrifica por su hijo. Vito logra eludir la persecución de Ciccio, se escabulle y emigra a los Estados Unidos, llega a Nueva York, donde luego de ser examinado, se le diagnostica viruela y se le prescriben tres meses de cuarentena. Es así como la estirpe Corleone llega a tierras yanquis.



Se da el primer salto temporal, desde el flemático Vito niño, se realiza la elipsis hasta su nieto, Anthony, que está haciendo su primera comunión, en medio de una pomposa fiesta, la celebración tiene lugar en la lujosa propiedad de Michael en el lago Tahoe. Nuevamente, como en el Padrino I, vemos una larga secuencia inicial de festejo, de alegría, de regocijo, donde podemos ir apreciando a algunos de los personajes más importantes, donde superficialmente les vamos echando un vistazo a los protagonistas que irán tejiendo la historia. Entre las primeras acciones veremos a una Connie frívola y despreocupada por sus hijos, indudablemente la muerte de Sonny y de su esposo la ha llenado de odio y resentimiento, parte de ese rencor es hacia su hermano y nueva cabeza de familia. También será presentado en ese marco un nuevo personaje, Frank Pentangeli, interpretado por Michael V. Gazzo, un chabacano y vulgar siciliano, que trabajó con los Corleone en los viejos tiempos, los días dorados, cuando se empezaba a formar a la Familia. Pentangeli trabajó bajo la tutela del recordado Pete Clemenza, que no aparece en esta segunda parte, sólo se cuenta que falleció, se quiere hacer creer que de un ataque cardiaco, detalle que no figura así en el libro de Puzo. Es un cambio que quizás hizo Coppola para darle más protagonismo a Pentangeli, es un intercambio licencioso que se dio el director, pues Frankie no aparece nunca en la primigenia obra.





Después de la fiesta, veremos a un Michael ya curtido, exactamente como lo dejamos en la primera parte, en reuniones, negociando, consolidando y expandiendo el poder de su vasto imperio. Sus ambiciones no han cejado, y siempre apoyado por Hagen realiza los movimientos que lo harán un capo todavía más poderoso de la mafia. El ya experimentado Michael se reúne con los mayores peces gordos del hampa, entre ellos Johnny Ola (Dominic Chianese), enviado a negociar en nombre del más importante socio de los Corleone, y posteriormente enemigo, el anciano Hyman Roth (Lee Strasberg). Ola transmite a Michael que Roth está dispuesto a apoyarlo en su próximo plan expansionista: adquirir un importante hotel y casino en Las Vegas. Su siguiente reunión es con otro individuo de mucha importancia, el senador Pat Geary (G.D. Spradlin), el cual le comunica inmediatamente el desprecio que siente por Mike y su familia, así como por el negocio ilegal que maneja, le informa que piensa extorsionarlo y le pide considerables porcentajes de sus ganancias, pero el imperturbable Mike no cede a sus demandas, y se mofa haciéndola una "jugosa" oferta: nada.



Tiene lugar entonces el siguiente salto temporal, volvemos con Vito, que ya ha crecido, es Bobby De Niro, es un joven trabajador en una panadería, se ha casado con una buena mujer y ama de casa, que ya le ha dado prole, y poco a poco veremos a los retoños Sonny, Fredo, Michael, Connie. A la vez se nos muestran sus primeros roces con el mundo de la mafia. Primero conoce incidentalmente a La Mano Negra (su amigo le indica quién es), el mafioso más temido del barrio, Don Fanucci (Gastone Moschin), alguien que siembra miedo por donde va, cobra cupos a todo el que trabaje en su barrio, y les da órdenes que deben ser acatadas; este singular personaje despierta la curiosidad de Vito, su poder y dominio sobre los demás llama su atención. Pero la experiencia que determina su destino es conocer al joven Clemenza (Bruno Kirby), su vecino, con quien traba amistad cuando éste lo llama por la ventana y le pide de favor que le oculte un paquete envuelto en sábanas. Vito accede, y ve lo que contiene el envoltorio, son armas. Después, Clemenza se presenta y como agradecimiento por el favor de Vito, le obsequia una alfombra de un supuesto amigo suyo, a cuya casa ingresan furtivamente y se llevan el ornamento. Vito continúa trabajando honestamente, en una panadería, pero ya poco a poco va haciendo otros negocios con Clemenza, ya se ha iniciado todo.





De regreso con Mike, el patriarca Corleone continúa las negociaciones para cimentar sus intereses, pero un evento inesperado cambiará dramáticamente el curso de los acontecimientos. Se van haciendo patentes algunas características y rasgos de los personajes Corleone, como por ejemplo la descomposición de Connie, que se ha vuelto mundana, liviana, interesada, desatendiendo a sus hijos, pretendiendo casarse con un caza fortunas; asimismo, Fredo da muestras de debilidad, casado con una mujer liviana y vulgar, a quien es incapaz de controlar. Estando Mike en su recámara con Kay, es víctima de un atentado. Son baleados por varios segundos desde afuera de su casa, sin que esto tenga consecuencias fatales para ninguno de ellos. La gente de Mike, encabezada por su guardaespaldas Rocco Lampone (Tom Rosqui), que ha adquirido bastante preponderancia en el organigrama de la Familia, inician la búsqueda de los sicarios por la propiedad, pero sus intentos por capturarlos vivos fracasan, pues los eliminan y los encuentran cadáveres. Es este atentado el hecho que quiebra a la familia, hay un traidor dentro. Michael tiene mucho que pensar, muchos son los sospechosos, y muchos son los móviles que podrían haber causado esto, Mike rememora una de las máximas enseñanzas que le dejó su padre, y es que todos son hombres de negocios, que defienden sus intereses, y desde ese punto de vista, todo es posible. Mike no puede quedarse más en Tahoe, debe partir, y para esto deja todo el poder a Hagen, Hagen será el Don provisional y heredará poder y dominio sobre toda la Familia, así como la responsabilidad de su seguridad y supervivencia, pues la guerra está declarada.







En la historia paralela de su padre, veremos cómo Vito pierde su trabajo pues el dueño de la panadería es presionado por Fanucci para que le de ese puesto a su sobrino. Desempleado Vito, entra de lleno a sus negocios con Clemenza, y ya asociado con un novel Sal Tessio (John Aprea), conforman el mítico trío iniciador del imperio Corleone, mientras los hijos de Vito, el futuro de la familia, van creciendo. Las cosas les van saliendo bien, hasta que su nivel de prosperidad llega a ser percibido por Fanucci, quien inevitablemente desea mojar el pico en su negocio, y le comunica al gran Vito su orden de que debe percibir una considerable tajada de sus ganancias para permitirles seguir trabajando en el barrio. Genera esto el hecho que convertirá a Vito ya en el Don de la Familia, el más respetado del barrio, el capo al que todos rinden pleitesía. Vito no vacila en lo que debe hacer: debe eliminar a Fanucci, y agallas para hacerlo no le faltan, y comunica a sus dos socios sus planes, inicialmente diciendo que no le darán a Fanucci todo el porcentaje de dinero que solicita, sino menos de la mitad. Clemenza y Tessio se muestran reacios, temerosos de Fanucci y la brutalidad de sus esbirros, pero Vito insiste, y los persuade. Es el mismo Vito el que se entrevista con Fanucci, y le da el incompleto dinero, dándole buena impresión por defenderse. Pero eso no puede quedar ahí, y, en el marco de una procesión que se realiza por una festividad, Vito se encarga de liquidarlo metódicamente con sus propias manos. Nada volverá a ser igual, ahora Vito es ya el Don, es el Padrino, y todo el barrio lo conoce, la gente lo busca con solemnidad y le solicita favores, hemos asistido al nacimiento del más grande capo, ha nacido el Don. Inicia también su negocio de exportación de aceite de oliva desde Siciliaa a tierras yanquis, y se une con el famoso primer consiglieri de la familia, Genco Abbandando.




Regresamos con Michael, que rápidamente se mueve para entrevistarse con sus socios estratégicos, con obvias razones de descubrir quién fue el responsable del atentado. Se entrevista primero con Roth, de quien no dudará que es el principal culpable. Y razón no le falta, pues Roth y Ola han engañado al torpe Fredo, actúan camuflados y su objetivo es desaparecer a Michael. Las relaciones de negocios ahora son más tensas, Mike negocia cara a cara con los personajes que desean exterminarlo, pero esto le ayuda a desenmascarar sus intenciones. Posteriormente se entrevista con Frankie Pentangeli, y va montando su plan de venganza. Mike sabe que Roth es el que mueve los hilos, y que Pentangeli será solamente un medio para actuar, para esto lo envía a reunirse con los hermanos Rosatto, supuestamente para llegar a una tregua. Pero Pentangeli se vuelve un elemento peligroso por haber sobrevivido Mike al atentado, y Roth intenta matar a Frankie a través de los hermanos Rosatto en esa reunión, pero el intento no es exitoso, Frankie sobrevive. Tras esto, Mike viaja a Cuba, donde, cerca el año nuevo, seguirá negociando con Roth, ambos saben que deben eliminar al otro, pero no pueden hacerlo directamente, por lo que siguen manteniendo la imagen y negociando, después de todo, son hombres de negocios.





Mientras tanto, un elemento que debía estorbarlos es ganado para su causa. El senador Pat Geary es implicado del asesinato de una prostituta en uno de los clubes que administran los Corleone. Esto, por supuesto, no es accidental, y de inmediato llega Tom Hagen para tranquilizar al desesperado mandatario, asegurarle que ellos se encargarán que el bochornoso incidente no llegue a la prensa, y que lo único que quedará como testimonio de lo sucedido, es la amistad que los une por este favor otorgado. Hagen ha logrado meterse al bolsillo a Geary, lo cual es un movimiento maestro. Por otro lado, Fredo les da alcance a Michael y a Roth en Cuba, donde se celebra el año nuevo. Su torpeza es superior a él mismo, y tras unas conversaciones con Mike, sin darse cuenta, primero manifiesta un profundo resentimiento que guarda por haber sido ignorado al seleccionar al heredero del cetro de la familia, se siente relegado, y después, hablando con Ola, deja claro que está relacionado con Roth y su mensajero, no hay duda, el traidor fue Fredo, Michael ahora lo sabe. Mike debe actuar rápido, e intentará asesinar a Roth aprovechando el movimiento de las fiestas, pero su guardaespaldas fracasa en su intento. Mike le confiesa a Fredo que sabe de su traición, en la célebre secuencia del beso de año nuevo, diciéndole “I know it was you Fredo, you broke my heart… You broke my heart” (Sé que fuiste tú Fredo, me rompiste el corazón... me rompiste el corazón). Fredo huye desesperado y asustado, mientras, en medio del cambio de poder militar en Cuba y el caos reinante, Michael regresa a tierras norteamericanas, donde lo espera Hagen con una nefasta noticia. Durante su ausencia, Tom ha podido administrar los negocios de manera eficiente, pero Kay ha sufrido un accidente, y perdió al bebé que estaba gestando.






Es en ese momento en que se produce un nuevo salto temporal, y quiero señalar algo que me llama poderosamente la atención, es la correcta y precisa selección de los momentos en que Coppola realiza los saltos temporales, muy significativos, que ponen en relieve el contraste de los delicados momentos de Michael, comparados con la ascensión y prosperidad de Vito. Estas elipsis resaltan las diferencias que vivieron, Vito, fundador e iniciador del clan, vive los días más gloriosos, los llamados días dorados, viejos tiempos, y Michael, encargado de consolidar ese inmenso imperio ya sin los hombres de confianza que tuvo Vito, tiene que consolidar el poder rodeado de muchos traidores, y donde al final, su peor enemigo está en casa. Digo esto pues tras conocer Michael que Kay ha perdido a su hijo, se realiza el corte para transportarnos nuevamente con Vito, y se contrapone ese difícil momento de Mike, con el de Vito, que se va ganando el respeto y la amistad de muchos de los que le rodean (una amistad siempre en función a los intereses propios de sus negocios, claro está), este ambiente es ayudado por el delicioso tono italiano de que está dotada la historia de Vito, y mucho de esto tiene que ver la banda sonora del genial Nino Rota, que crea un ambiente familiar, una atmósfera de felicidad y prosperidad, ilustrada en fiestas familiares, en el crecimiento de sus queridos hijos, donde veremos desarrollarse el comportamiento del furibundo Sonny, y a Vito feliz con su amado Mike.










De regreso al presente, Michael logra todo lo que se propone en el plano de negocios. Un inminente e inquisidor juicio se le está realizando por sus actividades ilícitas, y la gente del FBI tiene un as bajo la manga para incriminar a Mike: Frankie Pentangeli, a quien tienen resguardado las 24 horas en un búnker, testificará todo lo que sabe en contra de Michael. Pero Mike y Hagen son demasiado duchos en estos asuntos, y logran escabullirse de forma impecable del juicio y de toda incriminación, intimidando al delator Pentangeli llevando a su hermano el día clave de su declaración, y con solo ver a su hermano junto a Mike, Frankie desiste de declarar en su contra, y afirma no saber absolutamente nada del Padrino Vito Corleone, ni de sus actividades delictivas, ni de Mike, ni de la Familia Corleone en general. A esto colabora el recordado Pat Geary, que se esmera en hacer quedar bien a Mike, y se ausenta el día de su juicio principal, es esto recompensa del gran acierto y olfato de Hagen. Mike lo ha logrado, nuevamente está en la cima del poder, libre de toda acusación, pero todavía con algunos cabos sueltos que debe atar: Roth, Pentangeli, y su hermano, el pobre Fredo, a quien dice que no desea siquiera ver nunca más. Todo esto genera en Mike un creciente sentimiento de soledad, de aislamiento, siente que poco a poco está perdiendo a su familia, y añora a su padre, añora sus consejos. Es en este momento que Mike recibe otro duro golpe, y ya no de afuera, sino desde adentro: Kay realiza su terrible confesión: la pérdida del bebé no fue accidental, fue un aborto provocado por ella, pues ya no soportaba lo malévolo de su unión, no toleró traer otro hijo de Mike al mundo. Es la rotura final y definitiva de la familia: es algo imperdonable, Michael la destierra de su lado, y de la Familia.




Nuevamente se realiza un salto temporal, y nuevamente en un significativo momento. Somos transportados ahora al inicial suelo de todo, a Corleone. Vito, ya fortalecido, ya consolidado, debe perpetrar su necesaria vendetta. Junto con Genco, van a buscar al que lo dejó huérfano, van a buscar al ya anciano Don Ciccio, al que se acercan con engañosa solemnidad, presentándose como empresarios sicilianos que buscan la bendición de Ciccio para proseguir con su negocio de exportación de aceite de oliva a Estados Unidos. Tras el ardid, Vito se presenta como Vito Andolini, hijo de Antonio Andolini, y le clava tremendo cuchillazo al anciano mafioso hasta abrirle la barriga, tras lo cual escapa con sus camaradas. Es así que se nos presenta prácticamente el punto final a la historia de Vito, ha logrado formar una familia, se ha rodeado de sus principales colaboradores, con los que ha iniciado lo que será el futuro imperio de la mafia, y finalmente se vengó del asesino de su padre. Regresamos con Mike y los cabos sueltos que debe atar, lo cual realiza, como siempre, sin dudar: elimina a Roth, y a Pentangeli no hay necesidad de eliminarlo, pues Hagen se entrevista con él, dejándole claro que es sabido que él participó en el atentado contra Mike, que se considerará a su familia y se cuidará de ella, pero él debe dejar de existir, es la única solución. Ante esto, Pentangeli se suicida en el búnker del FBI.






Mike permanece siempre frío como un hielo, no se detiene ante nada, y cuando hasta Hagen le dice que ya ganó, y que no tiene que acabar con todos, él responde que no tiene que terminar con todos, sólo con sus enemigos. El Don Mike no olvida, así como no olvida la traición de Fredo. En una de las secuencias finales, Fredo debía ir a pescar con Anthony y Al Neri, pero Mike con argucias saca a Anthony de ahí, para dejar que Neri elimine a su hermano. Todo está consumado. Mike ha logrado todo lo que se propuso, sacó de su camino todo obstáculo, preservó la subsistencia de la Familia, pero a un alto precio: su propia Familia, la cual se ha resquebrajado, se ha completado la lamentable paradoja que rige la existencia de Michael. Es este un detalle que lo distingue y distancia de Vito, pues Mike no fue capaz de cuidar de los negocios y a la vez de la unión familiar, como sí hizo su padre, pero por supuesto, a ambos les tocaron situaciones muy distintas. La muestra final de esto es cuando estando Kay de visita en la casa para ver a sus hijos, llega Mike y la encuentra, pese a las advertencias de Connie, que se ha convertido ahora en la que ve y cuida de Mike; al encontrar Mike a la madre de sus hijos, a su ex mujer, no pronuncia una sola palabra, no tiene un solo gesto de inmutación, solo se limita a cerrarle la puerta, pues ella ahora está del otro lado, está fuera de la familia.







Tiene lugar entonces una secuencia que es simplemente perfecta, y una de las favoritas de quien escribe, es el colofón ideal de este filme. Es la secuencia de máxima cercanía, de unión y conexión de ambas películas: la preparación por parte de sus hijos y amigos, de una fiesta sorpresa para el cumpleaños de Vito, que coincide con el bombardeo japonés a Pearl Harbor, con lo cual deducimos que Vito nació el 7 de Diciembre. Esta secuencia final pertenece a la historia de Vito, y es la única secuencia donde aparece Sonny, pues nos muestra a todos sus hijos ya adultos, Fredo, Tom, Michael y Connie, reunidos con Tessio y Clemenza, así como con el futuro traidor Carlo. Mike confiesa a su familia que ha abandonado la universidad y se ha enlistado en el ejército. Esto despierta la furia de Sonny, y el juicio frío y racional de Tom, por todos los esfuerzos que se hicieron para que salte el servicio militar obligatorio, y siga estudiando derecho, pero finalmente Michael ya se enlistó. La escena final es de Vito llegando a la casa, aunque nunca lo vemos, y siendo recibido por sus hijos, que le cantan con cariño, mientras el desabrido Mike cavila solo en la mesa. Es el final perfecto, es la conexión perfecta que Coppola nos reservó hasta el final, con el detalle de la aparición, “resurrección” de Sonny, y el delicioso detalle de la “aparición” de Vito otra vez, aunque sea en espacio off, pero sabemos que Vito está ahí, y ese Vito es ya Brando. La primera vez que vi esta secuencia, supe que acababa de presenciar algo para la posteridad, supe que era afortunado de ver algo tan hermoso, y de tener cierta capacidad de apreciarlo. Nos despedimos de El Padrino y toda su magia con algunas superposiciones de planos, viendo a Vito (De Niro) viajando en tren junto con su familia, probablemente mudándose a su mansión en la alameda de Nueva York, a la vez que vemos el plano final, el plano primero de Mike, pensando, cavilando solo, Mike rememora esa secuencia final, en su soledad, Mike añora su familia, la calidez del hogar, el empalme de historias y de sentimientos es sencillamente impecable, uno de los mejores finales fílmicos rodados.



Hemos llegado al final, después de poco más de seis horas, de ambas películas, hemos llegado al clímax final. El primer filme de El Padrino es algo indescriptible, que al comienzo parece inalcanzable, y el ver por primera vez su secuela es algo que puede despertar cierto escepticismo, pero Coppola logra crear una película increíble, imperdible, atrapante, cautivante. El Padrino II está a la altura de la primera, no me daré la atrevida concesión de afirmar si la supera o no, pues es un juicio muy personal que no pienso plasmar en este escrito, es un desafío que queda para cada uno de los afortunados que gozamos viendo y volviendo a ver ambos filmes. Poco me queda más por decir, poco que pueda caber en palabras. Esta es una de mis películas de cabecera, El Padrino, y luego El Padrino II, son cosas que pueden cambiar la vida de un individuo, que pueden hacer un antes y un después, y ese fue mi caso. La lectura del libro es obligada para alguien que quiera tener una visión general, integral y más autorizada sobre este hito del cine. Yo he tratado de informarme lo más que mis sentidos me lo han permitido sobre esto, y lo seguiré haciendo, seguiré  enriqueciendo mi enfoque, y seguiré enriqueciendo estas líneas, es lo menos que puedo hacer por El Padrino. Gracias Puzo, gracias Coppola, Brando, Pacino, De Niro, Caan, Duvall, Cazale, Keaton, Shire, Nino Rota, Carmine Coppola, gracias a todos, artífices de esta auténtica e inmortal maravilla cinematográfica. Es todo, por ahora, camaradas.










                                                                    
 





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